jueves, 7 de septiembre de 2017

La silla

Esta dinámica es muy fácil de llevar a cabo y además cuenta con la ventaja de que no necesitáis ningún otro material que las sillas del aula y una buena predisposición de los alumnos.
Creación de expectativas.
Normalmente, durante un curso a académico, intento realizar una dinámica de grupo cada 15 días. Reconozco que a los alumnos es un tipo de actividad que por lo general les encanta, porque sale del típico encorsetamiento de una sesión lectiva convencional. En este sentido es importante que el tutor vaya creando expectativas de lo que será la actividad, pero siempre intentando darle un halo de misterio. La verdad es que es una técnica muy efectiva porque los alumnos esperan con impaciencia la dinámica y su predisposición a realizarla correctamente y con una buena actitud y predisposición es mayor.
Descripción de la actividad La silla.
  • Edad: 10-13 años.
  • Duración: 15-25 minutos.
  • Sesión lectiva: Tutoría.
  • Material: las sillas del aula.



Primera parte. Realización de la dinámica.
Para empezar es importante que los propios alumnos sean los que despejen el aula en lo que sería la parte central. Una vez despejado el centro de la clase se colocan todas la sillas de los alumnos en dos filas y mirando una silla a la otra. Fijaos en la imagen:
Actividad de Tutoría
Preparativos para la Actividad de tutoría La silla
Una vez los alumnos han colocado las sillas unas enfrente de las otras, los alumnos van subiendo libremente, pero de forma ordenada, a una silla. Cuando todos los alumnos están sobre una silla, empieza la dinámica de grupo. Hasta este momento el tutor no ha explicado en qué consiste la actividad, por lo que he hecho referencia anteriormente sobre lo de crear expectativas. A partir de este momento se puede considerar que empieza la dinámica de grupo.
El tutor irá retirando una a una las sillas. En primer lugar quitará una de un extremo y después del otro. El alumno que pierde la silla deberá colocarse como pueda en otra silla de otros compañero. En este sentido es importante que el ritmo de retirada de las sillas sea tranquilo y pausado, ya que es un momento que se presta para que los alumnos se descontrolen ligeramente. Pero, en el fondo, de eso se trata. A medida que el tutor va retirando las sillas, los alumnos tienen cada vez más dificultades para optimizar el espacio del que disponen, ya que, por ejemplo, de una clase de 24 alumnos al final suelen quedar unas siete u ocho sillas.
La dinámica de grupo finaliza cuando el tutor ve que difícilmente podrá retirar otra silla sin que algún alumno se venga al suelo.
La silla
Alumnos en plena realización de la actividad
Segunda parte. Reflexión en grupo y valoración de la dinámica.
Una vez se han calmado los ánimos, llega el momento de hacer la reflexión de cómo se ha desarrollado la actividad. El tutor explica que toda dinámica tiene su parte lúdica, pero que ahora es el momento que sean ellos mismos los que la expliquen. En ocasiones y, dependiendo la edad, es aconsejable que el tutor empiece haciendo algunas preguntas abiertas tales como:
  • ¿Qué finalidad creéis que tiene esta actividad?
  • ¿Qué os ha enseñado esta actividad?
  • ¿Por qué el tutor iba retirando las sillas de una en una?
  • ¿Me he sentido cómodo con mis compañeros realizando esta actividad?
Esta actividad se puede encuadrar dentro de las denominadas como creación de conciencia de grupo. Yo recomiendo que se lleve a cabo durante el primer trimestre de curso, cuando los alumnos ya se conocen y hayan podido surgir algunos conflictos entre ellos.
La reflexión final que debe hacer el tutor es que la actividad tiene como finalidad que el un grupo de alumnos se convierta verdaderamente en un grupo. Y para hacer un grupo primero hay que ser una piña. A partir de la expresión “ser una piña”, es cuando conectamos la reflexión con el desarrollo de la dinámica de grupo. Además hay que explicarles que la retirada de una silla viene a ser un conflicto o una dificultad que surge en el grupo y que cuanto más unidos estén, más facililidad tendrán para superar esa dificultad. Ser un grupo es algo más que la unión en un espacio de varios individuos. Ser un grupo implica ayuda, cooperación y generosidad. Y eso es precisamente lo que han hecho los alumnos en la dinámica, ayudarse, cogerse de la mano, rodear al compañero que está a punto de caer, ceder un espacio que anteriormente era nuestro.
¡Ah!, se me olvidaba. Es importante que los alumnos tengan conciencia de que ha finalizado la actividad. En mi caso me gusta que al final de la reflexión todos acabemos aplaudiendo, felicitándonos por el trabajo bien hecho.
Sólo me resta animaros a que llevéis a cabo esta actividad y me contéis vuestras sensaciones. Estaré encantado de escucharlas.
Espero que este artículo os haya sido de utilidad.

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