Sentados en círculo, el coordinador realiza una motivación inicial (si se trata de un grupo de niños puede hacer una introducción como si se tratase de un juego de simulación). Después indica, por ejemplo, lo siguiente: “imaginar que soy el propietario de una tienda mágica, un sitio donde pueden cambiar una característica personal que tengan y no les guste, por otra que quisieran tener”. Cada uno tendrá la oportunidad de acudir a la tienda y comprar lo que les gustaría ser, a cambio de aquello que no le agrada de sí mismo. Los pedidos que se realizan de la tienda deben realizarse en voz alta para que todos los puedan escuchar.
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